lunes, 21 de noviembre de 2016


Nuestras Postulantes y Novicias rindiendo culto de Adoración a Jesús Sacramentado.



CONVIVENCIA VOCACIONAL. VALENCIA EDO CARABOBO.

Que grandes son tus maravillas Señor.

¿Que quieres de mi Señor?

Oigo tu voz que me dice: OYE TU, QUE ESPERAS, VEN Y SIGUEME

Jóvenes en Proceso Vocacional 2016 - 2017 Valencia Edo Carabobo.
Dios bendiga el llamado en cada una de ellas.
Que seamos como barro en manos del alfarero para que él nos moldee en su obra.

martes, 15 de noviembre de 2016

PARÁBOLA DEL TESORO

Todas las personas estamos invitadas a participar de la vida y de la felicidad de Dios y por eso toda joven busca algo que la haga feliz. Y tú, ¿qué estás buscando para que la felicidad se apodere de ti?
¿Conoces la parábola del tesoro escondido? Lee en Mat 13, 44-45 y vas a encontrar que hay que tener una fina sensibilidad para captar el valor del tesoro; de lo contrario no se aprecia.
Solo cuando se es consciente de su valor, se puede dar el paso de vender todas las cosas para quedarse con el tesoro. Hay que saber apreciar el valor de lo que todos ven pero que pocos son capaces de apreciar. Es el caso de la vocación.

Pregúntate:

1.    ¿Qué has sido capaz de vender para conseguir ese tesoro?
2.    ¿Vale la pena quedarte con algo que te impida conseguirlo?
3.    ¿Te cuesta mucho vender tus seguridades para hacerte al tesoro?
4.    ¿Sabes apreciar el don de Dios que has recibido al ser llamada?
5.    ¿Qué es lo que más te cuesta vender para hacerte al tesoro?

No olvides que quien elige, renuncia. Elige lo mejor y renuncia a todo aquello que es incompatible con lo que has elegido.
La vocación es un regalo de Dios. Es un tesoro escondido. Hay que decidirse a vender muchas cosas si la quieres seguir, hay que vender lo que es incompatible con ella aunque sea moneda corriente en los demás.

Quizá tienes TU PROPIO PROYECTO. ¿No valdría la pena descubrir cuál es EL PROYECTO DE DIOS sobre ti?


Ese proyecto es el tesoro escondido. Cuando lo encuentres, no temas... ¡¡¡Arriésgate!!!. Vende lo que sea, Dios no defrauda a nadie que se arriesga por Él.