PARÁBOLA DEL
TESORO
Todas las
personas estamos invitadas a participar de la vida y de la felicidad de Dios y
por eso toda joven busca algo que la haga feliz. Y tú, ¿qué estás buscando para que la felicidad se apodere de ti?
¿Conoces la
parábola del tesoro escondido? Lee en Mat 13, 44-45 y vas a encontrar que hay que tener
una fina sensibilidad para captar el valor del tesoro; de lo contrario no se
aprecia.
Solo cuando se
es consciente de su valor, se puede dar el paso de vender todas las cosas para quedarse
con el tesoro. Hay que saber apreciar el valor de lo que todos ven pero que
pocos son capaces de apreciar. Es el caso de la vocación.
Pregúntate:
1. ¿Qué has sido
capaz de vender para conseguir ese tesoro?
2. ¿Vale la pena
quedarte con algo que te impida conseguirlo?
3. ¿Te cuesta
mucho vender tus seguridades para hacerte al tesoro?
4. ¿Sabes apreciar
el don de Dios que has recibido al ser llamada?
5. ¿Qué es lo que
más te cuesta vender para hacerte al tesoro?
No olvides que
quien elige, renuncia. Elige lo mejor y renuncia a todo aquello que es
incompatible con lo que has elegido.
La vocación es
un regalo de Dios. Es un tesoro escondido. Hay que decidirse a vender muchas
cosas si la quieres seguir, hay que vender lo que es incompatible con ella
aunque sea moneda corriente en los demás.
Quizá tienes TU
PROPIO PROYECTO. ¿No valdría la pena descubrir cuál es EL PROYECTO DE DIOS
sobre ti?
Ese proyecto es
el tesoro escondido. Cuando lo encuentres, no temas... ¡¡¡Arriésgate!!!. Vende
lo que sea, Dios no defrauda a nadie que se arriesga por Él.
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